domingo, 26 de julio de 2009

Se desmorona parte del molino 'Quequén Grande' de Necochea (Buenos Aires, Argentina)

El majestuoso edificio que desde el año 1884 albergó al Molino “Quequén Grande”, propiedad de Julián Gómez y cuya actividad como tal cesó en 1949, siendo utilizado desde esa época como acopio de cereales, sufrió en la tarde de ayer jueves el derrumbe de una de sus paredes internas, provocando la caída –además- de una parte de su fachada con frente a la Avenida 59. Por fortuna, el derrumbe parcial no provocó víctimas personales, según informó el Centro de Acopiadores de Cereales Zona Puerto Quequén, actual propietario del inmueble.

El siniestro aconteció a las 14:50 el sábado 11 de julio –cuando se registraba un fuerte viento- haciéndose presente en el lugar una dotación del Cuartel de Bomberos de Necochea, cuyos integrantes verificaron la inexistencia de víctimas en el edificio ubicado en Avenida 59 entre 16 y 18 de la zona portuaria local.

Cabe recordar que el ex molinero harinero se encontraba totalmente abandonado desde hacía muchos años, habiendo sufrido un incendio de grandes proporciones que destruyó sus interiores afectando a gran parte de sus instalaciones. Posteriormente, en mayo de 2006, el inmueble salió a subasta pública, siendo adquirido por el Centro de Acopiadores local quien realizó esa operación con el fin de mantener su carácter de “patrimonio histórico”, según lo dispone un decreto de la Municipalidad de Necochea.

En principio, las autoridades del Centro, luego de hacerse cargo del edificio, dispusieron desmontar todas aquellas instalaciones que se habían anexado al mismo para funcionar como acopio de cereales. De tal forma, se retiraron del lugar silos, norias, torres y otros elementos que –en estado de abandono- representaban un verdadero peligro para la seguridad de los vecinos linderos como de peatones y automotores que circulaban por sus cercanías.

A continuación, y luego de realizada esta tarea, se procedió al llenado de las bases de los silos con arena limpiándose –paralelamente- todo el predio, como también se realizaron trabajos de reconstrucción y levantamiento de medianeras, contratándose los seguros correspondientes y disponiendo serenos en el interior del predio, las 24 horas del día.

En estos momentos, técnicos de la entidad se encuentran realizando los estudios correspondientes que permitan determinar el estado de la estructura del edificio con el fin de adoptar las decisiones que correspondan.


Imagen: Carlos Guillot

Fuente: http://ahorainfo.com.ar/?p=39438

miércoles, 22 de julio de 2009

La harinera de Alcántara (Cáceres, España): de convento a hotel

Pocas veces he conocido un lugar en el que se conjuguen tantos aspectos interesantes, dignos de conocer y disfrutar, como en mi reciente visita a la localidad cacereña de Alcántara.

Famosa por su maravilloso puente romano, he de decir que merece una escapada por muchos aspectos más: su casco histórico, su gastronomía, su paisaje,...

Como amante de las fábricas de harinas, acudí llamado por el interés de conocer una industria con una historia digna de ser novelada. Todo comienza en el siglo XV, cuando se funda el Convento de San Bartolomé, retirado algunos metros de la localidad de Alcántara. Es en 1493 cuando la orden Franciscana toma posesión del mismo, amparada por los Reyes Católicos.

El convento tiene una pacífica evolución hasta comienzos del siglo XVIII, en que es destruido en el marco de la Guerra de Sucesión. Años después será completamente reconstruido, contando para ello con importantes recursos económicos aportados por parte del Marqués del Buscayolo.

La salida de los franciscanos se producirá tras la Desamortización de Mendizábal. El edificio conventual es entonces subastado e inicia un periodo de notable deterioro.

Fábrica de harinas
Desde la exclaustración decimonónica se suceden distintos propietarios hasta que en el año 1946 el convento es adquirido por el industrial Eusebio González, que decide dar un nuevo aprovechamiento a las instalaciones.

Manteniendo la arquitectura existente, el edificio es adaptado para albergar a la sociedad anónima Electro-Harinera de Alcántara. Por tanto, se propone un aprovechamiento hidroeléctrico y fabril, como planta transformadora de cereal panificable en harinas, salvados y subproductos.

La producción eléctrica debió ser inestable y deficitaria, puesto que ya en 1963 se solicita una línea trifásica de 120 KVA para "suministro de auxilio" a la harinera y servicio público.

La fábrica de harinas se instala en la única nave de la iglesia, del convento, ocupando desde la entrada principal (zona de ensacado) hasta el crucero cupulado, donde ya no se ubicaban máquinas.

Es sistema Daverio, Henrici & Cia., dotada de una línea con cinco molinos. Dicha maquinaria se conserva actualmente en perfecto estado, en su posición original y sin intervenciones agresivas.

Pese a las modificaciones que la instalación fabril obligó a realizar en el edificio religioso (cierre de vanos, rasgado de bóvedas, etcétera) la utilidad que tuvo durante esos años fue fundamental para la conservación de gran parte de la arquitectura histórica.

Hospedería de Extremadura
Con el declive de la fabricación de harinas el edificio volvió a quedar sin uso. Eso terminó cuando la Junta de Extremadura decide adquirirlo e iniciar su rehabilitación para integrarlo en la Red de Hospederías de dicha comunidad autónoma.

Así nació la Hospedería Conventual de Alcántara, fruto de una cuidada restauración que convirtió sus muros en un magnífico hotel dotado de todos los adelantos, bien conjugados con su pasado histórico, religioso e industrial.

Alrededor del claustro porticado, en dos plantas se establecen las amplias habitaciones, cafetería y restaurante. La iglesia conserva en su nave la fábrica de harinas que se instaló en el siglo XX y en el crucero, bajo una majestuosa cúpula del siglo XVIII -con linterna y restos de policromía original-, se sitúa un gran salón comedor. Las zonas se separan por una cristalera.

En lo que fuera el huerto del convento hoy se puede disfrutar de una zona ajardinada para el paseo y de una piscina, especialmente agradable en épocas veraniegas cuando el sol aprieta por aquellos lares.

Por nuestra parte no dejamos de repetir la gratísima sorpresa que nos ha causado el respeto que tuvieron los restauradores por mantener intacta la fábrica de harinas, un elemento que otros hubiesen tomado como intruso en un espacio religioso o más antiguo a ella. Pero en este caso se ha sabido comprender el desarrollo histórico del edificio y sus distintos usos y aprovechamientos.

El desalojo de la nave de la iglesia hubiera supuesto un gran espacio útil como salón para banquetes y otras actividades, pero el respeto a la maquinaria harinera (de la casa suiza Daverio), conservada completamente y en un estado magnífico, es digno de elogiar y aporta una singularidad y valor que otros lugares similares nunca podrán tener.

Por ello enhorabuena a quien corresponda y recomendar su disfrute al resto de lectores.


Más información: Web http://www.hospederiasdeextremadura.es/

martes, 14 de julio de 2009

Amplían el 'Museo del Turrón' de Castuera (Badajoz, España)

Esta tarde se inaugura la segunda fase del Museo del Turrón ubicado en la localidad pacense de Castuera. Con ella se amplían las instalaciones ya operativas y se dota de un nuevo acceso al recinto por la calle Huertos.


El edificio está formado por un antiguo complejo industrial que acogía una fábrica de harinas, un molino de aceite y una panadería, todo ello con una superficie superior a los 3.500 metros cuadrados.

La última actuación en él ha tenido como finalidad la rehabilitación de los edificios situados en el entorno del Museo del Turrón y el acondicionamiento de las instalaciones y espacios públicos adyacentes. Ha supuesto una inversión de alrededor de 950.000 euros, financiados en su totalidad por el Ministerio de la Vivienda.

El museo abrió sus puertas en el año 2005.

Fábrica de harinas
Se trata de un edificio de comienzos del siglo XX que conserva la maquinaria original, respetada a la hora de modificar sus estancias para su nueva labor expositiva. La misma se distribuye entre cuatro plantas.

Ver página web del Museo del Turrón