jueves, 19 de agosto de 2010

Desaparece la fábrica de harinas 'Santa Teresa' en El Repilado (Jabugo, Huelva, España)


Siguiendo con nuestra dura revista de prensa (pues casi siempre encotramos malas noticias, como es el caso) rastreando datos sobre antiguas harineras, hemos encontrado este magnífico artículo publicado en Huelva Información el pasado día 15, que aparece sin firma en la versión por internet a la que hemos tenido acceso, aunque desde aquí queremos dar la enhorabuena a su autor así como a nuestros lectores, que rápidamente nos avisaron y enviaron imágenes.

Es triste conocer la desaparición de otra industria harinera centenaria, más si cabe conociendo (como ya recogimos en este blog) que esta fábrica de harinas de El Repilado era uno de los edificios incluidos por las fundaciones Docomomo, Mies van der Rohe, Caja de Arquitectos y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) han elaborado un catálogo de arquitectura del siglo XX, conocido como ARCHXX, dentro del proyecto de la UE para la documentación, difusión y conservación del patrimonio monumental del suroeste de Europa.


Ni ello, lamentab
lemente, pudo salvar este bello inmueble. Copiamos a continuación, íntegramente, el artículo de referencia junto a las fotografías que uno de nuestros lectores, Alfredo de las Heras, nos ha enviado sobre dicha destrucción. Aunque nos provocan desaliento, agradecemos muchísimo su colaboración.

Hace unos años pensábamos que de todo el patrimonio industrial serrano, la fábrica electroharinera de Encinasola, entonces sometida a la piqueta más invasora, iba a ser la última en perecer. Nos equivocamos, pues en los calurosos días del mes pasado otro establecimiento molinar, la antigua fábrica de harinas en El Repilado, ha sido sometida al mismo proceso.

Centrándonos en sus orígenes la fábrica no era sino uno más de los elementos que componían las edificaciones de la empresa eléctrica Santa Teresa, asentada en el Registro mercantil el 3 de marzo de 1902 bajo el impulso del ingeniero naval Román Talero García. Con objeto de diversificar el negocio concebido para generar electricidad, no en vano se había construido una central hidroeléctrica en el Salto de los Batanes, cerca de La Nava, se planteó la construcción de un establecimiento con instalaciones modernas y sólidas que albergaran, en aquel momento, la tecnología más puntera en materia de molienda.


Será finalmente el 10 de noviembre de 1902 cuan
do la alcaldía de Jabugo conceda el permiso para construir, cerca de la estación férrea de Jabugo-Galaroza, un edificio destinado a fábrica de harinas, panadería, sierras y otras industrias, no sin antes imponer ciertas condiciones de ubicación y diseño, como que la fachada que debía dar a la vía fuera decorada de modo que no resultara desagradable. Una vez levantada su construcción respondía a un nuevo estilo arquitectónico que se desarrolló a finales del XIX, la fábrica de pisos, que organizaba la transformación en torno a tres operaciones básicas: limpia, molienda y envasado.

En 1978 las edificaciones de Santa Teresa son adquiridas por Sevillana de Electricidad, que a su vez debido a la política de fusiones de las grandes empresas pasan a manos de Endesa, quien finalmente las ha vendido a un empresario chacinero, no sin antes asegurarse por parte del Ayuntamiento de Jabugo, y vía convenio, la posibilidad de que en ese espacio se puedan llevar a cabo usos industriales relacionados con la transformación del cerdo. Es decir, el Consistorio permite este proyecto a cambio de que el nuevo propietario respete el edificio de la central térmica donde se levantará el futuro museo de la electricidad.


Todo ello ha dado como resultado que las máquinas hayan acabado en un rato con uno de los edificios más emblemáticos de El Repilado, al que sin duda le seguirán otros. Y esto ha sucedido por no habérsele dado la importancia que tenía ni por las autoridades ni por los vecinos. Quizá si hubiera otra sensibilidad se hubiera evitado el desastre y el edificio del que hablamos figuraría en el catálogo de bienes protegidos de la Junta de Andalucía.


Y es que ya no se nos puede engañar como a los ratones con queso, justificando semejantes actuaciones con el escaso valor arquitectónico o en el deterioro que marca el paso del tiempo. La fábrica de harinas de El Repilado tenía muchos valores, primero el de su antigüedad, con más de 108 años a sus espaldas, el de ser el tercer edificio construido en hormigón armado en España y el más alto de la población, el valor de ser un referente de las primeras fábricas de harinas y el valor social de pertenecer al paisaje serrano y ser un contenedor de recuerdos imborrables, muchas veces de tiempos en los que el hambre que asolaba este espacio era mitigado por aquel gigante construido junto a las vías del tren. A ello debemos unir que no podemos entender la historia y desarrollo de El Repilado sin el concurso de Santa Teresa de Electricidad y sus bienes patrimoniales.


Ciertamente en el campo de la molienda cada día van quedando menos testigos de aquella primera revolución industrial de las Sierras de Aroche y Aracena que se desarrolló entre finales del siglo XIX y primer tercio del XX, tan sólo la fábrica de La Comunal en Aroche resiste el envite de la modernidad, amparada en la sensibilidad del Ayuntamiento y el hecho de constituir un producto de lo fondos de un bien comunal como es la finca La Contienda. Claro que creo que es llegada la hora de exigir responsabilidades y parar estas acciones, que aunque se realizan en nombre del progreso y los intereses económicos, desangran nuestro patrimonio cultural.


lunes, 16 de agosto de 2010

San Andrés del Rabanedo (León, España) protege sus molinos en el nuevo PGOU


La reciente publicación del Plan
General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio de San Andrés del Rabanedo en el Bocyl ha supuesto su plena entrada en vigor tras años de trabajo por parte del área de Urbanismo.

Estos días, la prensa provincial está recalcando algunos de los aspectos de dicho Plan. Hoy, Nuria González en el Diario de León analiza la protección de los molinos harineros situados en dicho término municipal:

El minucioso estudio arqueológico realizado dentro del PGOU ha supuesto la prospección arqueológica de las 455,4 hectáreas sobre las que se construirá la ampliación de San Andrés. El análisis de la zona ha concluido que, «como elementos de interés localizados», destacan varios molinos harineros que están en buen estado de conservación. El más antiguo es el molino de Los Velilla, que data de 1880 y está ubicado en Trobajo del Camino, al igual que el molino de Los Porteros, que se construyó en el año 1900. En Villabalter se ubican el molino de Recas (1950) y el molino de Los Chicarros (1958), conocido como «el molinín». El molino de Requejo (1959) está en San Andrés del Rabanedo, al igual que el molino de Los Picones (1940).

El plan reconoce que el interés arquitectónico de estos edificios de transformación de materias primas «hace necesaria su protección arquitectónica, por lo que se deben integrar en el catálogo de edificios protegidos contenido en el Plan General de Ordenación Urbana de San Andrés del Rabanedo». En cuanto a las obras que se permitirán destacan las de consolidación, rehabilitación, conservación, acondicionamiento, restauración, reforma, obras de nueva planta y ampliación. Es para todos igual excepto para el Molino de Los Velillas, que sólo permite las cinco primeras.

En el caso de las medidas de protección a adoptar, el PGOU establece que cualquier intervención deberá asegurar la conservación del tipo edificatorio original del conjunto, aunque sea empleado para otro uso; quedan permitidas las reformas necesarias y el acondicionamiento interior que garanticen condiciones de confort y su adaptación al nuevo uso. Añade que, en la medida de lo posible, se conservará la maquinaria del molino, al igual que la imagen exterior de las edificaciones, conservando fachadas y estructura, aunque ésta podrá ser modificada o sustituida en caso de deterioro.

Los molinos de San Andrés del Rabanedo, entre los que destacan los de Trobajo del Camino, eran maquileros. Estos molinos tenían un dueño particular, y era el molinero quien hacía las tareas propias del oficio a cambio de la maquila o cobro por sus servicios, que hacía en dinero o bien mediante una cantidad de grano ya estipulada. Este tipo de molinos, en los que la actividad en ellos desarrollada tenía una finalidad económica, son más grandes que los molinos rastreros, que solían ser de propiedad comunal o de varios propietarios, asociados sin una finalidad comercial, sino para moler su propio grano. Los molinos maquileros solían tener dependencias utilizadas como almacenes, la vivienda del molinero y una serie de construcciones anejas. Es habitual que estos edificios tengan dos o tres plantas, siendo común también que en ellos se dispongan máquinas de cerner u otros ingenios relacionados. Los molinos maquileros poseían su propia moldera y estanque para almacenar agua, obteniendo así una mayor presión y rendimiento. Realizaban su trabajo todo el año, especialmente al inicio del otoño, cuando la cosecha acababa de finalizar y escaseaba el agua en los molinos rastreros. Las presas sobre el río se reparaban en primavera y verano para obtener un caudal mayor.

Fuente: http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=547354

lunes, 9 de agosto de 2010

Adjudicada la primera fase de la recuperación de 'El Moliné' de Barbastro (Huelva, España)


Según informó el Diario del Alto Aragón el pasado 2 de agosto, el Ayuntamiento de Barbastro ha adjudicado a la empresa barbastrense Consdimaco la primera fase de las obras de restauración y recuperación del edificio "El Moliné", con inversión de 202.092,70 euros y plazo de ejecución de seis meses a partir de la firma del acta de replanteo. La fecha casi coincide con la del incendio provocado el 13 de julio de 2005 que destruyó el trabajo realizado desde septiembre de 1997 para recuperar la antigua Fábrica de Harinas "La Verense" y convertirla en Museo del Trigo y Casa de los Oficios.

La noticia es la siguiente:

El "proyecto ambicioso" redactado por Francisco Sánchez y Roberto Sagarra tendrá una inversión de 860.075,04 euros, y en la primera fase cuenta con subvención de 60.000 euros, de la Diputación Provincial de Huesca, y una aportación de 240.000 euros gracias al convenio de colaboración con Caja Inmaculada. Antonio Cosculluela, alcalde de Barbastro, y Luis Sánchez, presidente de la Comisión de Urbanismo, informaron sobre la actuación prevista en una rueda de prensa.

La adjudicación a Consdimaco se ha realizado mediante un procedimiento negociado, con una baja del 14,31% sobre el precio de salida respecto a las cinco empresas restantes de la ciudad a las que invitó el Ayuntamiento de Barbastro.

La primera fase incluye el andamiaje en el perímetro del edificio, tareas de desescombro interior, vaciado del inmueble desde cubierta hasta planta baja y recuperación de materiales posibles.

Se realizarán catas y ensayos para comprobar el grado de afección de fábricas y elementos resistentes y después de las tareas de saneamiento y limpieza general se procederá a la restauración estructural de forjados en cubierta y fachadas del edificio. El proyecto se ha renovado en contenidos y distribuciones interiores y destaca la creación del espacio abierto central, con visuales desde la planta baja al tejado.

Centro Cultural

Una vez conseguida la consolidación de estructuras y la rehabilitación de fachadas se realizarán dos fases de obras para completar la equipación como centro cultural con el acondicionamiento interior de las instalaciones y desarrollo del proyecto museográfico. La ejecución del proyecto y acondicionamiento del edificio original, con cuatrocientos metros cuadrados de superficie útil, tiene como objetivo el Centro de Interpretación del proceso de la molienda del trigo.

Se dispone de la maquinaria de la antigua Farinera Costa, donada gratis por el Ayuntamiento de Vic, de similares características a la que se destruyó en el incendio. En abril de 2009 el equipo técnico dirigido por Carlos Mozas desmontó todo el utillaje para trasladarlo a Barbastro, donde se conserva. La donación fue posible gracias a la colaboración de Xavier Solá i Cabanas, regidor de Cultura del Ayuntamiento de Vic y Emili Bayón, director del Museu de l" Art de la Piel, según explicó José Ignacio Alcalde, presidente del Centro de Estudios del Somontano.

Pilar Español, directora del campo de trabajo que realizó la restauración de la maquinaria original, señala: "Lo que pasó ya no tiene remedio y ahora se intentará hacer un espacio expositivo totalmente educativo y estamos muy ilusionados en recuperar la constancia histórica del proceso. De la maquinaria afectada se pueden aprovechar los molinos y algunos ejes". La posibilidad de conseguir el utillaje permitirá el montaje de una línea de fabricación bastante completa porque son muy similares.

En el edificio anexo se ubicará el Centro de Estudios y Recursos de la Memoria de las Migraciones de Aragón, que ocupará un total de 547 metros cuadrados y será un espacio donde se recojan recursos, documentación e información relativa a las memoria de las migraciones en su dimensión económica, demográfica, política y social, con el objetivo de su difusión y del estudio científico.

Caso Archivado

A raíz del incendio del edificio, se abrió una investigación gracias a la cual se descubrió que fue provocado, al descubrirse los restos del sistema utilizado.

El Ayuntamiento de Barbastro se personó en la causa abierta que se archivó después de largo tiempo, y la empresa aseguradora indemnizó con un montante de 500.000 euros, ingresados "en la caja común" de la que, previsiblemente, saldrán nuevas aportaciones para el desarrollo del proyecto, según explicó Antonio Cosculluela.

Fuente e imagen: Ángel Huguet (Diario del Alto Aragón)