viernes, 24 de septiembre de 2010

Fábrica de harinas 'Santa Clotilde' en Santisteban del Puerto (Jaén, España)


Hemos tenido la grata sorpresa de encontrarnos en la red una entrada dedicada a una magnífica fábrica de harinas Sistema Daverio emplazada en la localidad jienense de Santiesteban del Puerto.

Como muestran las fotografías (en la parte inferior pueden seguir un enlace para ver la colección completa), la maquinaria se conserva en bastante buen estado a pesar de las deficiencias que se observan en el edificio. Entre ellas destacan los laminadores Daverio, que creemos identificar con el modelo "Novo-Diagonal" que nos lleva a los años 1920-30.

Nos sumamos desde aquí a la reivindicación sobre este conjunto industrial que debe pasar a formar parte del patrimonio local y regional protegido íntegramente. Damos nuestra mayor enhorabuena a los autores del artículo y emplazamos a los lectores a que, si alguno posee más referencias históricas o testimoniales sobre esta harinera, nos las hagan saber en uno u otro blog para tratar de completar la memoria del elemento.

"El olivo, como monocultivo en Jaén, no es tan antiguo como pensamos, realmente su expansión no se produjo hasta mediados del siglo XIX, y se fue imponiendo favorecido por las desamortizaciones, que propiciaron cultivos en parcelas pequeñas, y ayudado también por el hecho de no necesitar una dedicación completa del agricultor. Anteriormente la agricultura de nuestra comarca del Condado y de casi toda la provincia de Jaén se basaba en el cultivo del cereal, principalmente el trigo. Prueba de ello la gran cantidad de molinos harineros presentes en el término de Santisteban, todos ellos a las orillas del río Montizón, de los que quizás el más conocido sea el Molino de la Ballestera, por la romería que en él se celebra. En este contexto se engloba el molino que nos ocupa denominado Fábrica de Harina Santa Clotilde o como se conoce entre los paisanos Fábrica de la Luz. Es un edificio, de planta rectangular cubierto a dos aguas, está situado a espaldas de la Cooperativa de Aceite Santa Clotilde, y se articula en tres pisos. Una planta baja o semisótano, que aprovecha el desnivel del terreno, bajo una segunda y una tercera. Los muros son de mampostería regular en piedra de la zona, y en ellos se abren hileras de vanos: tres ventanucos en la planta baja y en la primera y segunda tres y cinco respectivamente, verticales y con dintel curvo, todo ello a los dos lados largos del edificio. Por la traza podríamos situarlo en la estética de la década de los años 20 o 30, años también en los que se adopta la técnica de molienda con energía eléctrica. Según reza en su fachada, en un rótulo de cerámica (Santa Clotilde. Fábrica de Harinas - Sistema Daverio) el molino se construyó basado en este sistema de molienda del grano que se diferenciaba del tradicional en que su energía era eléctrica y no hidráulica. Como vemos en las fotos la fábrica adopta el sistema suizo de cilindros denominado Daverio Henrici y Cia. de Zurich. Este sistema se impuso a partir de la década de los 20 y estuvo vigente hasta incluso los años 70. Desconocemos el funcionamiento exacto de este sistema de molturación, parece ser que los resultados eran más productivos y de mejor calidad que los tradicionales. La energía eléctrica movía las turbinas alojadas en el semisótano de la planta baja, y por medio de poleas y cintas se transmitían las fuerzas a las demás plantas en las que se alojaba la maquinaria necesaria para la molienda, la limpia, el cernido y la aspiración. Maquinaria que se conserva íntegra a juzgar por las imágenes. Tras un complicado viaje de una planta a otra, que pasaba consecutivamente por la desterradora, monitor en zig-zag, deschinadora, triarvejón, despuntadora, hidrolavadora, rociador de agua, depósitos de reposo… el trigo completamente limpio y en óptimas condiciones era sometido a varias moliendas. El resultado no era solo harina de gran calidad, sino también tercerilla, cuarta y salvado de hoja, usados en alimento del ganado. La fábrica fue fundada por el señor Irán Santiago, no nos consta la fecha exacta pero debió ser por los años 30, y estuvo en funcionamiento hasta la década de los 60. No tenemos aún claro las vicisitudes que sufrió esta fábrica pero suponemos que su fin estuvo relacionado con el descenso de la producción cerealista de la comarca al sustituir progresivamente este cultivo con el del olivo. Asombra ver las imágenes que muestran una industria floreciente en su tiempo, a la vez que entristece por lo incierto del destino de este elemento patrimonial de Santisteban, pues actualmente pertenece a una constructora."

Fuente: http://revistalaraiz.blogspot.com/2010/09/fabrica-de-harinas-santa-clotilde.html
Texto: Jacinto Mercado
Imágenes:
Mariano Soriano http://picasaweb.google.es/ytineris/PIAC0056#

martes, 7 de septiembre de 2010

Avanzan las obras de la Fábrica Cultural El Molino en Santa Fe (Argentina)


Reportaje e imagen publicados ayer en arqa.com

“El Molino Franchino permanece en pie como una metáfora que espera hacerse hábitat, recobrar la dimensión, ser habitada para decir su texto, su canción creativa e insinuante. La palabra dice “molino”, de moler, pulverizar en partes, hacer liviano lo pesado, destrozar el todo y alcanzar la sutileza. Sacar y no poner, como en el arte y el sentido.

Cambiar la sustancia para transformarla en otra cosa, harina de lenguaje, forma de nombrarnos, volvernos a inventar. “Molino” es, al fin, un “molino harinero”, un homenaje visible al trabajo y a la acción humana, a la secuencia para recrear la materia, para alcanzar el pan, la complejidad de lo simple. Entonces, giro del color al blanco, del todo a la parte, del hierro al cuerpo, de la materia al sentido, del esfuerzo a lo colectivo. Obra de lenguajes múltiples donde la construcción es poesía, la soldadura puede ser silencio, una línea dibujada en el agua, una cadena convertida en canción. Nace una fábrica cultural, un lugar donde se imaginan, diseñan y producen bienes culturales de todo tipo: juguetes, muebles, libros, obras de arte, fotografías, películas y espectáculos”. Recuperación edilicia del complejo Molino Franchino y su incorporación a un sistema de parques y espacios públicos de la ciudad de Santa Fe. El viejo Molino Franchino se ubica en la manzana comprendida por Bv. Gálvez y las calles Castellanos, República de Siria, y Pedro Víttori. Este emplazamiento constituye una pieza diferencial que protagoniza el paisaje urbano del área pericentral de Santa Fe. El criterio de preservación y recuperación se aplica en este caso, no sólo por el significado histórico de los edificios, sino también por su alto valor constructivo y espacial. En esos espacios se plantea el desarrollo de actividades didácticas y expositivas vinculadas al diseño industrial y al diseño aplicado en general. Un multiespacio destinado a escuela de artes y oficios, y a la exhibición tanto del producto terminado como de sus procesos de fabricación y diseño.

Con ese objetivo se organizaron las siguientes operaciones arquitectónicas
recuperar los espacios interiores de la nave principal; captar la fascinación y el misterio que producen dichos interiores y asimilarlos para potenciar su encanto espacial y su expresividad constructiva; reinventar el uso de esos espacios para promover las prácticas artísticas contemporáneas; y dotarlo de las infraestructuras necesarias que permitan desarrollar dichas prácticas de manera eficiente. La obra está prevista en dos etapas superpuestas en un tiempo estimado total de veinticuatro meses. La primera etapa comenzó el 23 de diciembre de 2008 y cuenta con un tiempo de obra de doce meses y una inversión de aproximadamente $10.350.000. Involucra el sector comprendido entre la nave principal y la calle República de Siria. En esta etapa se desarrolla la adecuación de un edificio existente para el funcionamiento de talleres, aulas y dirección de la escuela. Entre los cuerpos edilicios principales se propone la construcción de una calle interior de 25 metros de ancho, que atraviesa la manzana con dirección norte-sur, apta para la práctica de actividades masivas que asume un rol protagónico por su condición de gran espacio público. Esta calle interior se funde con los pisos exteriores y veredas propiciando la continuidad de la experiencia peatonal alrededor y en el interior del complejo. Para cubrir dicho espacio y generar un ambiente agradable y protegido se adaptó el proyecto de “bóvedas cáscara”, desarrollado en la década del ‘40 por el arquitecto Amancio Williams, poniendo en valor un objeto arquitectónico emblemático que significó uno de los puntos más altos de la cultura arquitectónica argentina. La consigna fue imaginar, cobijados bajo su sombra, todo tipo de actividades públicas, tanto experiencias masivas como de pequeños grupos o individuales. Las tolvas a nivel de suelo de forma circular, expuestas gracias al desarme de los silos metálicos, se aprovechan para producir un sistema de canteros rellenados con distintos materiales (arena, césped, agua) y generar sobre la esquina noreste del predio una pequeña plaza. La segunda etapa de la obra, cuyo inicio está previsto para mediados de 2009, involucra el desarrollo total de la nave principal y su expansión a modo de explanada que se extiende hacia el oeste (hasta la calle Pedro Vittori) y se adecúa para resolver la parada de un tren urbano de baja velocidad. Se disponen sobre ese piso dos bóvedas cáscaras que irán jalonando el trayecto del tren hacia el Parque Federal y otros puntos significativos de su recorrido.

Superficies parciales edificio talleres y servicios
Planta baja
• Objeto de servicios (gusano): 200m2
• Hall: 85 m2
• Patio: 300 m2
• Núcleo húmedo: 53 m2
• Taller: 330 m2
• Galería cubierta: 70 m2

Entrepiso
• Office y depósito: 10 m2
• Núcleo húmedo: 53 m2
• Administración : 123 m2

Primer piso
• Hall: 85 m2
• Núcleo húmedo: 53 m2
• Taller: 330 m2

Segundo piso
• Hall: 15 m2
• Núcleo húmedo: 53 m2
• Taller: 330 m2
• Entrepiso: 53 m2

Usos y destinos
1 – Programa de investigación, construcción y realización de diseños múltiples.
Una oferta cultural que se arma desde el soporte: madera, vidrio, metal, tela, papel y nuevos materiales. Antiguas y nuevas tecnologías para la realización objetual: indumentarias, muebles, juguetes, vitraux, cosas de metal, papel, cosas cotidianas.
A) Aprendizajes varios sobre las representación proyectual, una aproximación a la arquitectura, el urbanismo, y la preservación y recuperación de patrimonio.
B) El arte, la técnica y las tecnologías al servicio de los procesos creativos del diseño.
C) Homenaje al mundo del trabajo. Formación de cooperativas de diseño.
D) Experimentación y nuevas tendencias sobre la producción objetual.
E) Dos modalidades de participación: Sábados, domingos y feriados el público en general construye, juega, crea, e inventa en todos los espacios del diseño; durante la semana, grupos de jóvenes y adultos producen diseño en la fábrica cultural organizados por soporte.
2 – Una administración mezclada con libros, juegos y objetos.
3 – Una biblioteca, mediateca, con todos los lenguajes y soportes para usar, circular, ajar y admirar.
4 – Una zona de industrias culturales, exhibición y quiosco (libro, cd, dvd, diseño), banco de datos y salas de reunión.
5 – Un centro de experimentación en los lenguajes audiovisuales con salas de escucha, grabación, diseños diversos por el ordenador, música popular latinoamericana, proyectual de bandas sonoras, cine de animación, documentalismo, fotografía, arte digital, hipertexto, salas de exposición, salas de expectación, teatro, música, muñecos, etc.
6 – Terraza de las artes urbanas, espacios para la experimentación corporal.

viernes, 3 de septiembre de 2010

La Presa de Rodrigo Abril y San Marcos: molinos y otros aprovechamientos industriales. Cultura y Patrimonio de la margen izquierda del río Esla

El pasado 27 de agosto participamos en una charla-coloquio en la localidad leonesa de Villanueva de las Manzanas, dentro de las actividades programadas en la III Semana Cultural organizada por la Asociación Cultural y la Junta Vecinal de la villa.

Tras agradecer la convocatoria de dichos actos y el interés mostrado hacia los molinos y cauces históricos que existían en el entorno, así como la asistencia de un buen número de amigos y vecinos de la zona, algunos de ellos molineros y dueños de molinos en la ribera del Esla, pasamos a relatar brevemente la historia de antigua presa llamada de Rodrigo Abril y San Marcos, histórico cauce que desapareció con las concentraciones parcelarias en la década de 1980.

Nos situamos en la ribera del Río Esla, concretamente en su curso medio y en la margen izquierda, entre los municipios de Villanueva de las Manzanas y Valencia de Don Juan, pasando por los de Campo de Villavidel, Cabreros del Río y Fresno de la Vega.


Casi con toda seguridad, la presa existía ya en el siglo X, pues en la venta de Villanueva que hacen dos diáconos al obispo Velasco en el año 967, por 300 sueldos en paños y plata, se menciona literalmente que dicha heredad contaba con molinas cum suis aquaductis.

Hacia el siglo XIII, esta presa comienza a llamarse de Rodrigo Abril, importante personaje cuya vida se desarrolló en la segunda mitad del siglo XII y el inicio del XIII, y que dio nombre a la propia Villanueva de Rodrigo Abril desde 1275 hasta el siglo XVII en que se fija ya el actual determinante “de las Manzanas”.

Hasta el siglo XIV la presa nacía en Villacelama (puerto o azud cerca del molino actual) y discurría por Villanueva y Palanquinos, donde devolvía sus aguas al río Esla. Los molinos de Villanueva y Palanquinos pertenecían a la Catedral de León, cuyos beneficios asignaba concretamente al Hospital de San Antonio, situado en la capital, junto a la parroquia de San Marcelo.

Posteriormente, los canónigos de San Marcos de León, señores de Villavidel, observaron la utilidad que podían dar a las aguas que, habiendo movido los rodeznos del molino de Palanquinos, eran devueltas al río. Así, solicitaron la prolongación de la presa hasta sus dominios, estableciendo un molino en Villavidel desde el cual harían desaguar las aguas en el Esla. Por ello a esta extensión se llamó Presa de San Marcos, a diferencia del primer tramo que quedó como Presa de Rodrigo Abril.

El Conde de Valencia, dueño de las villas de Campo, Cabreros y Fresno, hace las gestiones para extender la presa de San Marcos hasta sus dominios y posibilitar el establecimiento de molinos. En 1515 se toma acuerdo de llevar la presa hasta Fresno, lo que no se materializará hasta 1542, y posteriormente una nueva ampliación la lleva hasta Valencia de Don Juan, pasando por Cabañas.

A lo largo de la historia de la Presa de Rodrigo Abril y San Marcos destacó su aprovechamiento para el riego de la fértil vega del Esla, así como para dar movimiento a varios artefactos industriales, a saber: molinos (Villanueva, Palanquinos, Villavidel, Campo, Cabreros (2), Fresno (2), Valencia), batanes (Villanueva, Palanquinos), fábricas de luz (Villanueva, Valencia), molinos de linaza (Fresno), sierras mecánicas (Villanueva), fábricas de harinas (Palanquinos).

El molino de Villanueva de las Manzanas

Por estar en Villanueva de las Manzanas hablamos más extensamente de su molino. Sus referencias documentales se remontan al siglo X (año 967), adquirido por el obispo de León. Antes del siglo XIV ya tenía seis parejas de muelas y pertenecía concretamente al Hospital de San Antonio de León, dependiente del Cabildo catedralicio. Su ubicación se sigue hoy denominando “El Palacio” en referencia a las posesiones que allí tuvo la Catedral de León.

En el año 1462 tenemos noticia del hecho más curioso relativo a la presa y sus molinos. Dicen los pleitos que entonces varios vecinos de Palanquinos robaron la rueda del molino y varios mazos del pisón que la Catedral de León tenía en Villanueva, con lo que podemos remontar hasta entonces la rivalidad entre dichos pueblos, con origen en los propios molinos pues el disfrute del agua de las presas siempre daba lugar a enfrentamientos en todos los cauces.

Resumiendo mucho, diremos que la Catedral lo seguía arrendando en 1806, cuando lo hizo a favor de una molinera de Villanueva de las Manzanas llamada Ana González. A finales de dicha centuria o comienzos del siglo XX debió construirse el enorme molino cuyos restos se conservan en la actualidad, donde además de molerse el cereal existió un aserradero de madera y una fábrica de luz que en 1935 suministraba a 8 localidades: Palanquinos, Villarroañe, Vega de Infanzones, Grulleros, Valdesoto, Torneros, Sotico y la propia Villanueva de las Manzanas.

En la década de los noventa, ya sin uso, el molino sufrió un incendio que lo destruyó casi por completo, quedando las imponentes ruinas que actualmente pueden observarse.

El coloquio posterior estuvo muy animado, con muchas aportaciones por parte de los asistentes sobre sus recuerdos, vivencias y experiencias relacionadas con los molinos y la antigua presa, origen de duros trabajos (limpia y composición del puerto, del cauce principal y de las madrices) pero también de grandes diversiones (baños en verano, pesca…).

Para más información: REVILLA CASADO, Javier (2010): "Los molinos de la margen izquierda del río Esla sobre la Presa de Rodrigo Abril y San Marcos" en las actas del 7 Congreso Internacional de Molinología: “La defensa de nuestro patrimonio”, organizado por ACEM y la Universidad de Salamanca, celebrado en Zamora del 18 al 20 de marzo de 2010.