domingo, 27 de febrero de 2011

Complejo 'Harineras Levantinas' en Valencia (Valencia, España)


La arquitecta Diana Sánchez Mustieles nos envía una magnífica colaboración a este blog, un verdadero artículo tan completo que podría haber publicado en una revista especializada. Por su confianza en nosotros le damos las gracias encarecidamente. A continuación insertamos el texto y las imágenes que nos manda:

La ciudad de Valencia posee ejemplos muy interesantes de patrimonio industrial, sobre todo por la zona del Grao, foco donde se reunieron bastantes fabricas durante la época de la industrialización.

Paseando por la calle Joan Verdeguer, en el año 2007, me encontré un conjunto precioso de naves que culminaba con un edificio de varios pisos en ladrillo, la conocida como Harineras Levantinas, de la que sobresalía un gran silo.

Rodee el conjunto para poder observarlo bien, realizando todas las fotografías posibles. Nada me podía hacer suponer que al final de ese mismo año empezaría a demolerse parte de la harinera por la ejecución del Programa de Actuación Integrada denominada “Camino Hondo del Grao”. Uno de los objetivos del programa era demoler los cuerpos añadidos a posteriori, ya que se consideraba que tenían nulo valor patrimonial, en concreto los volúmenes existentes alrededor de la harinera original y el gran silo, donde se podía leer el nombre Harineras Levantinas.

Se trataba de una fábrica harinera especializada, dimensionada según los distintos procesos de producción de harina y almacenaje del grano. En el interior se ubicaban diversos patios de distribución a ambos lados de la edificación principal, que era la harinera, de planta rectangular sencilla, tal y como se puede apreciar en el plano original.

Como me interesó mucho la edificación busqué más información y terminé encontrando los planos originales en el archivo histórico de Valencia.

Este complejo tuvo dos periodos de construcción. La primera fase fue en el año 1923, con la construcción de la harinera original (proyectada por el arquitecto Eugenio López), dos edificios adosados a ambos lados de la misma, una nave con piso que formaba el cierre y fachada a la calle lateral y dos grandes patios (proyectados como ampliación, ese mismo año, por el arquitecto José Donderis), encargada por Juan Bautista Castellano (propietario de la Cooperativa Castellano) en una parcela en esquina entre la C/ Joan Verdeguer y la C/ Del Rio (actual c/ Poeta San Martin y Aguirre).


El segundo periodo de construcción tuvo lugar entre los años 1945 y 1955, añadiendo los volúmenes alrededor de los edificios originales hasta compactar la manzana tal y como la conocí en el año 2007.

Se trataba de una fábrica de pisos con cierto carácter monumental y con un lenguaje arquitectónico sencillo hecho en fábrica de ladrillo visto, el único detalle ornamental se encuentra en los huecos de las ventanas de las fachadas principales (oculta una de ellas hasta ahora por los volúmenes traseros añadidos), que son de diseño vertical con capialzados resaltados con arcos carpaneles, las ventanas de la fachada lateral son huecos sencillos con dintel en arco.


Constructivamente sencilla, pero imponente, a base de muros de carga de ladrillo macizo y pilares de hierro, con forjados de viguetas metálicas, bovedillas cerámicas y cerchas metálicas en la cubierta.

“Gracias” a la demolición de parte de los edificios añadidos, pude apreciar la fachada trasera original de la harinera y el sistema constructivo utilizado en los volúmenes añadidos, mediante forjados de viguetas metálicas y bovedillas cerámicas.

Si al final se realiza el proyecto de rehabilitación tal y como se explica en las bases del proyecto básico “obras de consolidación y rehabilitación estructural de la antigua harinera”, veremos la antigua fábrica harinera original rehabilitada para contener algún uso sociocultural.

Por ahora la fábrica sigue abandonada y en parte abierta, degradándose poco a poco desde el año 2007 tanto por la influencia de los agentes climáticos y contaminantes como por la mano del hombre.

jueves, 24 de febrero de 2011

Crítica situación de la harinera de Simancas (Valladolid, España)


Reproducimos a continuación la noticia que ayer publicaba El Norte de Castilla, texto e imagen de Javier Hernando:

La vieja harinera de Simancas muere sus miserias junto al Pisuerga y a escasos metros del puente medieval. Los diecisiete ojos de la senda que cruza el río son mudos espectadores de cómo el tiempo ha debilitado la armadura de hormigón y ladrillo del inerte establecimiento, que dejó de producir en el lejano 1961. Cincuenta años de inactividad que ponen de manifiesto las carencias de seguridad del vetusto edificio. Los días en que el fuerte viento azota en la villa de las siete manos, unas chapas desprendidas en lo alto de uno de sus muros se remueven de tal manera que apuntan a su inminente desplome sobre el vial, por el que transitan a diario numerosos vehículos y viandantes. Así lo ha hecho público la Asociación de Vecinos de Simancas al denunciar la actual situación de la harinera, para lo que solicitan al Ayuntamiento una rápida intervención ante el evidente peligro. Los vecinos argumentan su reclamación, entre otros, en los artículos 315 a 318 del Reglamento de Urbanismo de Castilla y León, que establecen para los propietarios una serie de obligaciones de conservación y mantenimiento de los edificios con más de cuarenta años. Desde la perspectiva que da la visualización de la fábrica desde el Mirador de Simancas se puede observar, además de la fértil vega del Pisuerga, su evidente estado de abandono.

Informe técnico municipal
Desde el Ayuntamiento de Simancas, la concejala de Urbanismo y Medio Ambiente, Cristina Santiago Alejos, informa que en el último año la propiedad de la harinera y a instancias del consistorio ha procedido al desescombro y limpieza de la primera y segunda planta del edificio, consolidando las cornisas y el techo del pasaje, así como reforzando la estructura de las vigas. Igualmente Santiago apunta que desde el ayuntamiento "se han mantenido contactos con el nuevo propietario con el objeto de que repare y consolide de inmediato los desperfectos detectados últimamente". La titular de Urbanismo de Simancas va más allá al indicar que "los servicios técnicos de Ayuntamiento están trabajando en la elaboración de un informe específico sobre el estado actual del edificio, dado que está catalogado y no puede derribarse, con el fin de notificar las acciones necesarias a la propiedad". Una vez transcurran los plazos pertinentes, el ayuntamiento procederá de oficio en la consolidación del inmueble, si el propietario no lo hace, de acuerdo con lo establecido en el artículo 319 del citado Reglamento Urbanístico de Castilla y León.

sábado, 19 de febrero de 2011

Arquitecturas del trigo y la harina en Arévalo (Ávila, España)


Nunca había parado en Arévalo en tantos viajes hacia y desde Madrid. Miento, una vez lo hice para fotografiar la imponente y moderna fábrica de harinas del grupo Harinera Villafranquina, pero no había entrado en la ciudad, a pesar de conocer su importante arquitectura vinculada al trigo y la harina. Por fin, el pasado domingo 13 de febrero, a pesar de la lluvia, me decidí a hacer la visita.


Silo y Museo del cereal en el castillo
El castillo de Arévalo fue transformado en 1952 en silo por el Servicio Nacional
del Trigo dependiente del Ministerio de Agricultura, desde entonces propietario del monumento. Así, la fortaleza cobija desde entonces en su interior un edificio destinado al almacenamiento de cereal, concretamente 1.080 Tm. El silo es una estructura central de ladrillo con armaduras metálicas entre juntas y pilares de hormigón armado en las esquinas de las celdas, que divide en dos el patio del castillo. Esta construcción consta de 8 crujías de celdas en sentido longitudinal y dos en sentido transversal. Todas las celdas son apoyadas menos las dos centrales que se elevan para permitir la comunicación entre las zonas en que queda dividido el patio interior. Una de las celdas está destinada a alojar la maquinaria vertical de elevación y la escalera de acceso a la zona superior sobre celdas, donde se ubica el tornillo horizontal de distribución del grano.
A la par, las estancias nobles se destinaron a salas de reuniones para el personal del Ministerio de Agricultura, quien también instaló en la década de 1970 un interesante Museo del Cereal en la planta más elevada de la torre del homenaje. Se trata de una colección de variedades de cereales recopilada por el laboratorio del Servicio Nacional del Trigo desde el año 1956 en su sede central de Madrid, instalándose las muestras en un frasco de cristal con forma de grano con una ranura posterior en la que se coloca un tubo de ensayo con un manojo de espigas en su interior. En el museo pueden verse unas 250 variedades de trigo clasificados por tipos y clases comerciales, más 140 muestras de otros cereales y 90 de malas hierbas, además de una colección de insectos de graneros con láminas explicativas de sus ciclos biológicos.
Desde 1968 el silo no funciona como tal (se construyó otro más amplio y operativo) y en 2009 se ha procedido a la rehabilitación integral del castillo. El museo y distintas estancias del monumento pueden visitarse gratuitamente los sábados y festivos de todo el año, con exclusión de los días de año nuevo, primero de mayo y Navidad, en horarios de mañanas: de 10 a 14 h y tardes: de 16 a 18 h.

Fábrica de harinas "Nuestra Señora de las Angustias"
Esta harinera existía ya en la década de 1920 cuando era pr
opiedad de Gerardo Martín. Se trata de un edificio de ladrillo, de magnífica fatura y estética, que hoy alberga la fábrica y exposición de muebles Hermanos Álvarez.


Fábrica de harinas "Harinera Villafranquina"
Esta planta hariner posee una capacidad de molturación de 1.330 Tm de trigo al día. Los silos de almacenamiento pueden albergar hasta 78.200 Tm de trigo y 15.200 Tm de productos terminados. Pertenece al grupo Harinera Villafranquina, SA.

Por una postal antigua también conocemos la existencia de otra fábrica de harinas hidráulica sobre el río Arevalillo, llamada Molino Valencia. Si alguien tiene más noticias, como siempre estaríamos encantados de poder ampliar nuestras referencias.

Fuentes:
http://www.ayuntamientoarevalo.es/05eofi_tur/03/castillo/castillo.htm
http://www.hvsa.es/HARINERA/Castellano/Web/Instalaciones/Arevalo.htm

jueves, 3 de febrero de 2011

Inauguraron el CITBA en la antigua harinera 'La Única' de La Bañeza (León, España)


Hace varias semanas se inauguró el Centro de Interpretación de las Tierras Bañezanas (CITBA) que se ubica en la fábrica de harinas 'La Única' de la familia Martín Toral, situada en la calle Fray Diego Alonso, industria que cesó su actividad en la década de 1990 y que fue adquirida por el Ayuntamiento de La Bañeza como ya indicamos anteriormente en este blog.

Tras descartarse la primera idea de crear en la harinera un Museo del Pan (que a nuestro juicio hubiese sido la opción más adecuada), finalmente se optó por un centro de interpretación de la localidad en el que se puede hacer un recorrido desde la industria hasta otros muchos aspectos históricos, tradicionales y culturales de La Bañeza, a lo largo de las tres plantas de 290 metros cuadrados cada una que dispone el edificio.

La maquinaria de la fábrica de harinas se ha mantenido íntegramente gracias a la rehabilitación que en ella había realizado una Escuela Taller en años pasados. En total, la inversión en el edificio ha sido de unos 1,6 millones de euros, aproximadamente el 60% destinados a la musealización. A pesar de ello, el CITBA no cuenta con sistema de calefacción, lo que ha generado las lógicas críticas en los días posteriores a la inauguración.

El horario de apertura es de martes a sábados de 10 a 14 horas por las mañanas y de 4 a 6 de la tarde; los domingos y festivos, el Citba abrirá en horario de mañana desde las 11 hasta las 2 de la tarde, si bien sólo se permitirá la entrada al museo hasta media hora antes del cierre de las instalaciones.

La entrada general al Centro de Interpretación de las Tierras Bañezanas será de 2,50 euros, si bien se han previsto descuentos para grupos y distintos colectivos. Durante el primer mes de apertura el acceso será gratuito. Las instalaciones también están a disposición de las empresas o colectivos que deseen alquilar el edificio para realizar distintos eventos, cuyo coste se ha fijado entre 150 y 300 euros.

A continuación copiamos un artículo de opinión que hoy publica José Cruz Cabo en Ibañeza.es

Un empresario bañezano de los que engrandecieron la ciudad

Yo inicié el trato con Antonio Martín Toral y con su hermano Manolo, con motivo de comenzar a dar publicidad de las películas de la semana, en “El Adelanto Bañezano”, en los años sesenta y setenta. Una vez a la semana, cuando los contratos de las películas estaban ultimados, me presentaba en la oficina de su fábrica de harinas, donde hoy está la Oficina de Turismo, para que me dieran la relación de las películas a proyectar en la semana siguiente, comenzando el sábado.

Poco a poco fui conociendo a Antonio Martín Toral, que me asombró por sus grandes conocimientos culturales, por su gran sencillez y amabilidad, y sobre todo por su gran generosidad y caridad. Era un empresario vocacional y conocía el mundo de la empresa y las finanzas a fondo. Era un profesional como la copa de un pino, pero sobre todo era un ser humano excepcional, porque muchas veces estando yo en la oficina, llegaba alguien a pedir una limosna y a nadie se le decía que no, todos llevaban algo, a parte de lo que ayudaban sin que su mano izquierda supiera lo que hacía su derecha. Era un hombre de una gran capacidad intelectual, pero al mismo tiempo era una persona profundamente cristiana y lo demostró en múltiples ocasiones.

Yo llegaba a la oficina y Carlos, el contable que tenían de muchos años, me daba la relación de las películas y cuando ya las tenía y me iba a levantar, para marcharme, siempre me decía Antonio, no tengas prisa, espera un poco más, y entonces nos poníamos a charlar de los avatares de la política, de la economía, de geografía, de historia, de lo que saliera en la conversación, que solía durar alrededor de una hora. Cuando yo cogí confianza con los dos hermanos, le decía a Antonio que me acordaba mucho de su noviazgo, ya que la que fue después su mujer, vivía en la calle Padre Miguélez, por donde yo siendo un chaval y un joven andaba mucho, y por las noches les veía a ambos en el portal de la casa charlando, en aquellos años, las expresiones de cariño no se podían dar en la calle, y que la gente comentaba que eran el príncipe y la cenicienta, porque él era de familia rica, como se decía entonces, y ella era una costurera, que vivía, con sus otras dos hermanas, de vestir a las mujeres. Antonio se reía porque decía “Yo cuando la conocí me gustó, la quise, y no me fijé en nada más que en sus virtudes, y además he sido profundamente feliz con ella”.

Me contaba los problemas que tuvo que vencer en los años cuarenta, para conseguir construir el Cine Salamanca, dado que el hierro era por cupo y podían ponerte pegas y no dejártelo comprar, por lo que tenías que buscar amigos influyentes que te facilitaran la compra. Algunos veranos coincidíamos en el monte, cuando yo salía de trabajar en verano, porque en una de esas tardes nos hicimos amigos de una asturiana que solía estar sola en el monte y todos los días que podíamos, mi esposa y yo, ibamos a acompañarla sobre las seis y media de la tarde. Allí me encontré con ellos varias veces, juntamente con sus inseparables amigos, Pedro Escudero y Francisco Ferreiro. Allí hablábamos de todo y disfrutábamos de la naturaleza y de los buenos olores del campo, mientras hacíamos piernas y comentábamos todas las noticias que surgían tanto a nivel nacional y mundial, como local. La conversación de Antonio era de profundas convicciones y nunca se alteraba por nada, aunque no estuviera de acuerdo, él los desacuerdos los solucionaba hablando e intentando convencer a su interlocutor.

Fueron muchas las conversaciones que mantuvimos y a través de ellas pude apreciar lo mucho que amaba a nuestra y su ciudad, de los esfuerzos que hizo por hacerla más conocida, del arduo trabajo que realizó para mantener abiertas tanto la fábrica de harinas como el Cine Salamanca, pero los años no perdonan y aunque al morir Antonio, siguió su hermano Manolo, ayudado por la familia de Marcelo Toral Pascua, primos carnales, al final hubo que cerrar la fábrica de harinas y posteriormente el grandioso Cine Salamanca, orgullo de nuestra ciudad durante muchos años.

Imagen: Diario de León (Jesús)

Fuentes:

http://diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=579427

http://diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=580570

http://www.ibaneza.es/?p=5147